Antes de ayer se publicó la carta más leída del mundo financiero. Se trata de la que todos los años Warren Buffett dirige a sus accionistas, o como él y Charlie Munger cualifican, sus “socios” de Berkshire Hathaway (BH). La carta es una lectura obligada no sólo para todos aquellos que tenemos alguna inquietud intelectual en torno a la evolución de los mercados financieros y la gestión empresarial, sino, sobre todo, porque es un auténtico ejercicio de transparencia y honestidad. Resulta poco habitual encontrarse un repaso anual al desempeño de una compañía en el que se reconozcan los errores de gestión o las equivocaciones en las decisiones de inversión, y este es uno de ellos.
En su misiva correspondiente al ejercicio 2020, el Oráculo de Omaha comienza distribuyendo en cuatro componentes los 42,5 miles de millones de US$ de beneficio anual, de acuerdo con los principios contables generalmente aceptados (“GAAP”). Entre ellos destaca un write-down o reducción de valor por 11 miles de millones de US$ de la inversión que Berkshire Hathaway mantiene en la compañía de productos industriales y fabricación de metales Precision Castparts Corp. Llama la atención cómo Buffett reconoce como error propio el exceso de optimismo que le llevó a sobreestimar en 2016 el potencial del valor, y aunque apunta que no se equivocó en la compañía sí lo hizo en el precio que pagó. De hecho, añade que ha sido un error de gran tamaño y no el primero, “PCC is far from my first error of that sort. But it’s a big one.”
Además de lo mencionado, cabe destacar que por su extensión y contenido, la carta combina en un solo documento el informe de gestión y el Equity Story. En efecto, Warren Buffett no sólo explica los componentes de los resultados del ejercicio pasado, sino que también desgrana cómo opera el modelo de negocio de BH respecto a las fuentes de retorno en las inversiones con y sin control, destacando los criterios para realizar la toma de posiciones, aunque sean minoritarias pero significativas, como es el caso del 5,2% en Apple.
Respecto al principal negocio con control representado por el conjunto de empresas participadas en el negocio asegurador, llama la atención en la narrativa la insistencia con la que se destacan los criterios de prudencia que se aplican a la gestión, a la vez que se informa al accionista de la importancia que tiene que entienda los diferentes riesgos de este negocio. También resulta muy ilustrativo el apartado que dedica a explicar su modelo de gestión a lo largo del tiempo a través de diferentes ejemplos de adquisiciones que BH realizó en la costa Oeste, la costa Este y en el interior de Estados Unidos, algunas de ellas en la propia Omaha, sede del conglomerado. El relato que nos brinda es una auténtica historia de casos de éxito del emprendimiento americano, y cómo uno de los padres del Value Investing aplica sus principios de inversión para identificar oportunidades donde hay talento empresarial y buenas capacidades de gestión..
Quizás como respuesta a lo ocurrido en relación al caso GameStop, Warren Buffett dedica el penúltimo apartado de la carta a describir la estructura accionarial de BH, que divide en cinco grupos: i) grupo representado por su propia posición como fundador, ii) los inversores institucionales representados por los fondos indexados, iii) la inversión institucional de gestión activa con la que reconoce su apertura a trabajar por un mejor entendimiento de los fundamentales de BH (aviso para los navegantes de la gestión pasiva), iv) la inversión minorista activa, y v) los millones de inversores individuales que simplemente confían en Buffett y Mingus para representar sus intereses. Resulta interesante observar cómo el CEO de BH explica su relación respecto a este último grupo de accionistas a los que considera sus “socios” y de los que señala que aunque no dispongan de elevados niveles de cultura financiera, sin embargo sí son conscientes de cómo los trata Berkshire Hathaway.
Como casi todo Equity Story, no podía faltar hablar del futuro e incluso dar alguna pincelada de orientación o guidance. La carta de Buffett lo hace al final de la misma refiriéndose sobre todo al hablar de dos de sus tres mayores activos representados por la compañía ferroviaria de transporte de mercancías BNSC, y la de distribución de energía Berkshire Hathaway Energy (BHE) de la que destaca la oportunidad que supone la revolución energética de las renovables.
Sin duda los accionistas del conglomerado de Omaha reconocen en la disposición de su CEO una buena práctica en Relaciones con Inversores que genera confianza más allá del largo historial de performance positivo que ha tenido la compañía. Esta actitud contrasta con las políticas de no comment o del avestruz que algunas compañías aplican en tiempos de dificultades, y que son el mejor indicio de la existencia de problemas de gestión o de resultados negativos.
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Francisco Blanco Bermúdez
Socio fundador de Sigma Rocket