La respuesta, sin duda, viene condicionada por las circunstancias de la compañía implicada, ya que realizar un comunicado de avance de resultados financieros no responde a una obligación regulatoria, que por cierto no existe, sino a un ejercicio de voluntarismo. Por ello, tenemos que acudir a los matices y a las reglas no escritas del mercado para responder en su justa medida a esta pregunta. Es posible que, en alguna ocasión, sobre todo en el proceso de elaboración de las cuentas anuales, y menos frecuente en el de los resultados trimestrales, una compañía a la luz de los resultados preliminares que va obteniendo mientras se ultiman los trabajos de auditoría, pueda tener la tentación de publicar un avance de los mismos para adelantar buenas noticias y con ello obtener un impacto positivo en la cotización, en lugar de esperar a la publicación de los estados financieros completos, verificados y certificados junto al correspondiente informe de gestión, cuyo lapso de tiempo entre ambas comunicaciones puede ser en el caso de las cotizadas del Mercado Continuo de hasta mes y medio. Sin embargo, este tipo de iniciativa de comunicación, a priori, parece imprudente e innecesaria, ya que adelantar alguna variable financiera de forma aislada, como puede ser la cifra de negocios o el EBITDA, expone a la compañía a tener que dar una serie de explicaciones y detalles para justificar la evolución de estas variables que en realidad no puede hacer, porque atender las dudas o consultas razonables de inversores y analistas en este caso específico supondría dar un trato discriminatorio y facilitar información privilegiada no pública, y en el supuesto de no responder a dichas preguntas, que sería lo razonable, la credibilidad de su política de comunicación podría quedar en entredicho al transmitir un objetivo sospechoso de impactar la cotización.
Es fácil entender que detrás de un parámetro de rentabilidad operativa como es el EBITDA hay múltiples variables explicativas de su comportamiento, tanto a nivel de los ingresos (precios, volúmenes, mercado geográficos y de productos, regulación, etc.) como de los costes, tanto fijos como variables, que sólo a través de un reporting completo y explicado mediante del informe de gestión permite cubrir una comunicación de resultados de forma transparente y efectiva. Insisto, es cierto que podemos anticipar los resultados financieros de un periodo con dos o tres parámetros, e incluso avanzar la previsión del año que viene con esos mismos parámetros, pero resulta imprudente y sobre todo innecesario cuando vamos a realizarlo con la publicación de las cuentas anuales en un contexto más seguro y sobre todo con mayor capacidad de respuesta.
En este sentido, es importante no confundir la publicación de un avance de resultados financieros con lo que algunas compañías realizan respecto a variables operativas de su negocio o exógenas sobre las que no tiene influencia, pero que sí condicionan la evolución de su actividad. Me refiero por ejemplo al caso del denominado “trading statement” que algunas compañías de energía, como Repsol, publican pocos días después del cierre trimestral o anual, el último publicado el pasado 18 de enero de 2022. En este informe, Repsol recoge el cierre de 2021 de algunas variables fundamentales del entorno económico y de la industria como el Brent Dated medio y el Henry Hub Nymex medio como referencias de precio del crudo y del gas respectivamente, la evolución de los tipos de cambio, o algunas magnitudes operativas y no financieras de la producción (negocio upstream) y de los negocios industriales.
Otro ejemplo interesante en este sentido lo representa Tesla, que el 2 de enero de 2022, publicó el denominado “estado de producción y entrega de vehículos” al cierre de 2021. Como destaca en su comunicado, este indicador de entregas de vehículos “representa solo una medida del comportamiento financiero de la compañía y no debe considerarse como indicador de los resultados trimestrales, que dependen de una variedad de factores incluidos los costes de ventas, los tipos de cambio y el mix de renting directo de vehículos”. De hecho, la compañía reservó para la publicación de resultados del pasado 26 de enero de 2022 las explicaciones pertinentes sobre la evolución de la gestión en el pasado ejercicio 2021, así como su previsión para el actual, en la que alertó, entre otras cuestiones, de su perspectiva negativa sobre problemas en la cadena de suministros como consecuencia de la crisis de chips, efecto que el mercado no tardó en descontar.
¿Qué objetivo tienen este tipo de comunicados de “indicadores adelantados”? Precisamente eso, anticipar el contexto económico y operativo en el que se ha desarrollado la actividad de la compañía para evitar movimientos especulativos en los mercados bursátiles, previos a la comunicación de resultados financieros, como ocurre con determinada actividad de los cortos, hecho que además facilita el inicio de periodos de blackout para evitar posibles prácticas de insider trading. En este sentido, es importante destacar cómo en estos dos casos de Repsol y Tesla, al hilo de sus comunicados de indicadores adelantados, ambas compañías anticipan también al mercado la próxima fecha de publicación oficial de los resultados económico-financieros de la compañía correspondientes al último periodo de gestión, mientras que sin embargo esta práctica no se identifica en algún caso reciente de comunicado de avance de resultados financieros. Por eso decimos que muchas veces las diferencias en la calidad de las Relaciones con Inversores están en los matices que responden a reglas no escritas y experiencia que inciden directamente en la credibilidad.
Por supuesto puede haber casos excepcionales en los que resulta necesario anticipar al mercado algún tipo de tendencia de naturaleza financiera. Es el caso de los profit warnings, como el que anunció Siemens Gamesa el pasado 20 de enero de 2022, en el que avanzó resultados del primer trimestre de 2022 y la modificación de los guidance del ejercicio 2022 como consecuencia de disrupciones en la cadena de suministro superiores a las previstas. Con ello la compañía pretende, con buena visión, reducir el impacto negativo del elemento sorpresa que supondría esperar a finales del ejercicio para presentar un incumplimiento de objetivos anuales.
Si la cuestión es reducir los tiempos de publicación desde el cierre del periodo de gestión, entonces lo importante es disponer de sistemas de información y ERPs bien engrasados con procesos de verificación confiables que te permitan aquilatar al máximo los tiempos de publicación, caso como por ejemplo ha conseguido CaixaBank que este año ha publicado sus resultados anuales del 2021 en menos de un mes desde el cierre.
Por concluir, entendemos que la posibilidad de anticipar algunas magnitudes financieras no auditadas que muestren unos resultados positivos de la gestión es una idea tentadora no exenta de polémica, y que nada tiene que ver con objetivos de comunicación sistemática y transparente al mercado. Quizás en este contexto, cuando las compañías se encuentran en pleno proceso de elaboración del informe anual de resultados correspondientes a 2021, merezca la pena recordar el refrán popular de “no por mucho madrugar amanece más temprano”.
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Francisco Blanco Bermúdez
Socio fundador de Sigma Rocket